Mi tío le habló a mi padre sobre la UAPA y las oportunidades que tenía, sobre su flexibilidad con los horarios y lo convenció de que me escribiera. Esperé a cumplir la mayoría de edad e ingresé a la UAPA, en aquel entonces ya estaba trabajando así que asistía al campus los sábados y me quedaba perfecto el horario, ya que podía estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Formar parte de la UAPA ha sido todo un privilegio, el compañerismo de los demás participantes, la comprensión y capacidades de los facilitadores han hecho de esta aventura una excelente experiencia. Puedo estudiar desde casa, escoger los horarios y días para poder asistir y así poder cumplir con mi trabajo.